Por mucho que cueste creerlo, el chip que aparece en la imagen va a ver mucho más mundo que tú, pero mucho, mucho (a menos que el turismo sufra un cambio radical, claro está). El pequeñín mide aproximadamente lo mismo que un sello, responde al nombre en clave Sprite y debe su desarrollo a tres años de trabajo de un grupo de estudiantes de la universidad de Cornell. La idea es que se utilice como satélite en miniatura para futuros sistemas de comunicación y por ello vivirá junto con otros dos chips su primera prueba de fuego hoy mismo: tiene un billete para subirse al transbordador espacialEndeavour (que para más señas despega dentro de unos minutos) para luego se montados en el exterior de la Estación Espacial Internacional y poder analizar así su resistencia a las inclemencias del espacio.
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