El Google I/O 2011 ha comenzado fuerte y los de Mountain View no se han cortado al anunciar la llegada de "un sistema operativo capaz de ejecutarse en cualquier dispositivo". Esta receta mágica se basa en realidad en una especie de mezcla entre Honeycomb y Gingerbread, que la compañía ha bautizado como Ice Cream Sandwich y según parece podrán saborear dispositivos de lo más diversos, desde pequeños teléfonos a majestuosas tablets de 10 pulgadas. La idea es que dicho sistema operativo sea lo suficientemente inteligente como para adaptarse al producto que lo cobija, con independencia de su factor de forma, con detalles como una barra de estado capaz de escalarse según el tamaño de la pantalla. Del mismo modo, la conferencia se ha convertido en la plataforma de lanzamiento para otras muchas funciones como por ejemplo, el seguimiento de rostros o el autoenfoque de la cámara en función del reconocimiento de voz.
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